DEFINICION
Puede decirse que el pensamiento pedagógico
comenzó su desarrollo desde los propios albores de la humanidad. De esta forma
comienza a desarrollarse a la par de la sociedad la escuela como institución
con tendencias clasistas, tal como se puede apreciar en todas las culturas
antiguas.

http://es.slideshare.net/favareja/teorias-pedagogicas
https://educnet.wordpress.com/2010/06/04/teorias-pedagogicas/
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- EL PROTAGORAS Y LOS SOFISTAS
La educación en la edad media from Narda de la Garza
La diferencia entre la
historia de la educación y la pedagogía, radica en que la primera apareció como
acción espontánea y natural, surgiendo después el carácter intencional y
sistemático que le da la pedagogía a la educación. Por lo que se realizará un breve
recorrido por las diferentes épocas y etapas por las que transcurrió la
educación, para una mejor comprensión de la diferencia entre ambas disciplinas.
La pedagogía hace su aparición en la escena educativa en el momento de refinar
técnicas y métodos para transmitir un conocimiento, así como teorizar sobre los
hechos educativos que se presentan en cada momento histórico.
La educación tiene su
origen en las comunidades primitivas, y el punto de referencia se encuentra
cuando el ser humano pasa del nomadismo al sedentarismo, ya que la caza y la
recolección son las principales fuentes de alimento y supervivencia, y los
elementos principales que influyen para abandonar el carácter errático del ser
humano y que éste se estableciera en lugares estratégicos para proveer de
alimentos a la comunidad. Es en este momento en que comienza la transmisión de
saberes entre los integrantes de una misma comunidad -padres a hijos-, y por lo
tanto de las primeras ideas pedagógicas al aplicar técnicas y métodos austeros
para hacerse de provisiones. La complejidad de la educación comienza a aparecer
por el la comunicación que se establece a través del intercambio de mercancías
entre diferentes grupos de diverso lugares. Por otro lado, también se originaba
la división de clases sociales de forma incipiente y rudimentaria que marcara
en siglos posteriores a la educación.
Persia se encargo de
priorizar el entrenamiento físico que después le secundo Grecia con la
Gimnasia. Grecia es el lugar en el que parte el pensamiento occidental con
Sócrates, Platón, Aristóteles, Aristófanes, Demócrito e Isócrates. El objetivo
griego era alcanzar la perfección con la enseñanza de disciplinas como la
Música, Estética, Poesía, Literatura, Gimnasia y Filosofía.
HISTORIA DE LA PEDAGOGÍA

La historia de la
educación va de la mano de la evolución del ser humano, no existe ninguna
sociedad por primitiva que sea en la que no se presente la educación.
Comenzando por la transferencia de simples saberes conocidos a las nuevas
generaciones para su perpetuación continua, hasta el establecimiento de hábitos
y costumbres, desembocando en culturas complejas transformadas en sociedades.
En las culturas y sociedades no se presentan únicamente tradiciones y
sincretismos, si no que todo esto se convierte en una gama de concepciones
religiosas, filosóficas y tecnológicas, que son la base de las idiosincrasias
de cada país. Todo esto se fusiona en la concepción pedagógica actual y por lo
tanto es lo que la da vida y sentido de pertenencia al acto educativo.
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ORÍGENES DE LA PEDAGOGIA

Los métodos de enseñanza
más antiguos se encuentran en el Antiguo Oriente (India, China, Persia,
Egipto), así como en la Grecia Antigua. La similitud educativa entre estas
naciones radica en que la enseñanza se basaba en la religión y en el
mantenimiento de las tradiciones de los pueblos. Egipto fue la sede principal
de los primeros conocimientos científicos escritura, ciencias, matemáticas y
arquitectura. La educación en la antigua China se centraba en la filosofía, la
poesía y la religión, de acuerdo con las enseñanzas de Confucio y Lao-tse. El
sistema chino de un examen civil, iniciado en ese país hace más de 2.000 años,
se ha mantenido hasta el presente siglo, pues, en teoría, permite la selección
de los mejores estudiantes para los puestos importantes del gobierno.

Dentro el desarrollo del
Mundo Occidental se encuentra también una ciudad importante la Antigua Roma,
lugar en el que se dio origen la lengua latina, la literatura clásica, la
ingeniería, el derecho, la administración, arquitectura y la organización del
gobierno (Política). Los métodos romanos en los que se basaba la educación eran
los conocidos Trivium (retórica, gramática y dialéctica) y Quadrivium. En esta
época es donde se establece e papel de maestro-alumno, con Marco Fabio
Quintiliano como el principal pedagogo romano. Quintiliano asignaba un alto
valor a las aptitudes naturales de los niños. En su opinión, la torpeza y la
incapacidad son fenómenos raros.
En el siglo VIII los
árabes conquistaron la península Ibérica y surgieron las escuelas musulmanas,
siendo la de mayor apertura e inclusión al mundo occidental la primera escuela
con carácter de universidad la de Córdoba, España. Posteriormente con el avance
de la división de poderes y clases sociales se estratifica la educación
quedando claramente plasmada durante la época medieval y en el origen del
feudalismo. Los únicos que podían acceder a una educación formal y sistemática
eran los reyes e hijos de nobles, y los que podían transmitir y fungir como
maestros los sacerdotes (clérigo). Los esclavos eran sometidos a largas
jornadas laborales y sin acceso al conocimiento.
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La palabra sophistes significaba maestro en sabiduría. Como tales se
presentaban estos personajes que andaban de lugar en lugar, participaban en la
política y cobraban por sus lecciones. Sabían o simulaban saber de todo:
astronomía, geometría, aritmética, fonética, música, pintura. Pero su ciencia
no buscaba la verdad sino la apariencia de saber porque ésta reviste de
autoridad. Enseñaban la areté requerida
para estar a la altura de las nuevas circunstancias sociales y políticas
(recordemos que la palabra areté , traducida generalmente por virtud, no tenía
entonces las connotaciones morales que nuestra palabra virtud tiene; era más
"lo que es propio de", o la capacidad para hacer algo bien -como en castellano
"ser un virtuoso" del piano, por ejemplo-).
minio de las palabras para ser capaz de persuadir a otros. "Poder convertir en sólidos y fuertes los argumentos más débiles", dice Protágoras. Gorgias dice que con las palabras se puede envenenar y embelesar. Se trata, pues, de adquirir el dominio de razonamientos engañosos. El arte de la persuasión no está al servicio de la verdad sino de los intereses del que habla. Llamaban a ese arte "conducción de almas". Platón dirá más tarde que era "captura" de almas. No eran, pues, propiamente filósofos pero tenían en común una actitud que sí puede llamarse filosófica: el escepticismo y relativismo. No creían que el ser humano fuese capaz de conocer una verdad válida para todos especialmente en el ámbito de las convenciones (nomos), pero llegaban a dudar, incluso, de que pudiera lograrlo en el terreno de la naturaleza (phýsis). Cada quien tiene "su" verdad.
Los filósofos anteriores daban generalmente a sus libros el título
"Sobre la Naturaleza o lo existente". Gorgias parece burlarse de
ellos cuando titula el suyo "Sobre la Naturaleza o lo No existente".
Con ese libro pretendió demostrar tres cosas: 1) nada existe, 2) si existiese
algo no podríamos conocerlo, 3) si conociésemos algo no podríamos comunicarlo a
los demás. Platón comentó: ¿Son al menos estos principios verdaderos? Si no,
¿por qué los asegura Gorgias con tanta universalidad? Protágoras decía:
"Como cada cosa me aparece, así es para mí; y como aparece a ti, así es para
ti." El escepticismo alcanzó a los dioses. "No dispongo de medios
–dice Protágoras– para saber si existen o no, ni la forma que tienen; porque
hay muchos obstáculos para llegar a ese conocimiento, incluyendo la oscuridad
de la materia y la cortedad de la vida humana." Y alcanzó a las leyes de
las ciudades. Antes se creía que éstas tenían origen divino, ya fuese porque
Apolo hubiese inspirado directamente al legislador –tal era el caso de Licurgo,
legendario fundador de Esparta– ya fuese porque los legisladores acostumbraban
consultar sus proyectos de ley al oráculo de Delfos. Ahora se ha viajado
suficiente para poder comparar las leyes griegas con las leyes de otros lugares
y, sobretodo, se tiene experiencia de cómo se redactan y aprueban leyes en las
asambleas democráticas. Los sofistas eran miembros de esas asambleas.
Protágoras estuvo en el grupo enviado a Turii, en el sur de la actual Italia,
para dar leyes a la nueva colonia ateniense. Para ellos, por tanto, las leyes
eran convencionalismos humanos. Normas que los hombres adoptan para no vivir
como animales. En el principio se vivió así y los fuertes se aprovechaban de
los débiles. Las leyes protegen al débil del fuerte. En ese sentido son
convenientes, aunque no tienen otro fundamento. Porque no tienen otro
fundamento los hombres pueden transgredirlas con tal de que los demás no lo
adviertan. Por la misma razón, un hombre fuerte, realmente fuerte, puede
ignorar las leyes, apoderarse del poder y satisfacer sus deseos; en ello brilla
la dike (ver el sentido de esta palabra en la introducción) de la naturaleza.
Pero, si fue admirable empresa de unos griegos iniciar el camino de
explicar el mundo con la razón sola rodeados como estaban de una cultura que
explicaba todo con dioses, es también empresa admirable que otros griegos
iniciasen la búsqueda de la verdad ética y de la verdad política en la Atenas
de los sofistas. El primero en hacerlo fue Sócrates y le costó la vida.
Sócrates Nacido por el año 470 A. C., unos ocho años antes de que el filósofo
Anaxágoras llegase a Atenas. Su vida fue filosofar y enseñar. Pero no le
interesaron las preguntas sobre la physis que habían interesado primordialmente
a Anaxágoras y a los filósofos anteriores porque su preocupación era la
conducta degradada de sus conciudadanos; en consecuencia, enfocó su curiosidad
intelectual en el ser humano y en su capacidad de conocer la verdad.
Contemporáneo de los sofistas, muchos creyeron que era un sofista más, pero era
exactamente lo contrario. Nunca intervino en la política. No pronunciaba
discursos. No escribió nada. Según él, nunca fue maestro de nadie. Simplemente
se dedicaba a conversar con quien quería conversar con él; creía que la
sabiduría se adquiere en el intercambio vivo de la conversación, haciéndose
preguntas y buscando juntos respuestas. Así y sólo así enseñó a pensar, a
buscar la verdad y a saber que es posible alcanzarla. A diferencia de los sofistas,
no cobraba por sus enseñanzas. "Esta labor fue para la inteligencia humana
de una importancia tan considerable, que uno no se extraña al ver a Sócrates
dedicarse a ella como cumpliendo un mandato recibido del cielo. Se echaba de
ver en él, no solamente un alto poder de contemplación filosófica (Aulo Gelio y
Platón cuentan de él que a veces pasaba días y noches inmóvil absorto en la
meditación), sino también, como él mismo lo decía, algo de ‘demoníaco’ o de
inspirado, un fervor alado, un vigor libre y mesurado, y aun quizás a veces, un
instinto interior y superior que parecen revelar una cierta asistencia
extraoardinaria.
A Sócrates le preocupaba la ligereza con que se usaban las palabras en
la vida normal, en especial las palabras que pretendían expresar nociones
éticas, como justicia, templanza, valor, etc. Cada quien parecía usarlas en un
sentido diferente produciendo una grave confusión intelectual y moral. ¿Cómo
dar con el sentido verdadero de sabiduría, de justicia, de bondad?
LOS SOFISTAS Y SÓCRATES
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A mediados del siglo V a.C Atenas está en la cumbre de su vida
artística: Ictinus y Calícrates diseñan y construyen el Partenón. Fidias
esculpe sus frisos. Píndaro escribe sus últimas odas. Sócrates presenta
Antígona y Edipo Rey. Atenas, además, ha llegado al máximo de su democracia: se
gobierna a sí misma en asamblea de todos sus ciudadanos varones adultos;
cualquiera puede ser electo para cualquier posición; Pericles ha introducido el
pago a los jurados para que los pobres puedan ocupar esos puestos; hay puestos
públicos a los que no se llega por elección sino por sorteo. Otras ciudades
griegas imitan la democracia ateniense. La política es la principal actividad
de los ciudadanos atenienses y de los ciudadanos de las ciudades que también
han establecido la democracia. A cargo de todos está el gobierno de la ciudad.
¿Qué habilidades hacen falta para participar exitosamente en la vida pública?
¿Cómo se triunfa en política? Estos son los temas que ahora interesan. Estas
son las preguntas para las que se quieren respuestas. Por ese tiempo habían
aparecido unos personajes que decían tener esas respuestas: Los sofistas.
LOS SOFISTAS

La primera exigencia de esa areté
era el do
minio de las palabras para ser capaz de persuadir a otros. "Poder convertir en sólidos y fuertes los argumentos más débiles", dice Protágoras. Gorgias dice que con las palabras se puede envenenar y embelesar. Se trata, pues, de adquirir el dominio de razonamientos engañosos. El arte de la persuasión no está al servicio de la verdad sino de los intereses del que habla. Llamaban a ese arte "conducción de almas". Platón dirá más tarde que era "captura" de almas. No eran, pues, propiamente filósofos pero tenían en común una actitud que sí puede llamarse filosófica: el escepticismo y relativismo. No creían que el ser humano fuese capaz de conocer una verdad válida para todos especialmente en el ámbito de las convenciones (nomos), pero llegaban a dudar, incluso, de que pudiera lograrlo en el terreno de la naturaleza (phýsis). Cada quien tiene "su" verdad.

¿Cómo asimilaron los alumnos estas enseñanzas de sus maestros? A los
atenienses no les basta ser la ciudad principal, quieren ser la ciudad que
manda sobre las otras ciudades y se beneficia de ellas. Si tienen poder para
hacerlo les corresponde hacerlo. Es la dike de la naturaleza. Así, disponen que
ciertas causas judiciales sólo puedan ser vistas en Atenas; el tesoro de la
Liga de Delos al que habían contribuido todas las ciudades de la Liga y estaba
guardado en Delos, es trasladado a Atenas para uso exclusivo de los atenienses;
cuando Esparta propone la paz deciden continuar la guerra entusiasmados con la
moción de que, en adelante, la guerra se financie sólo con tributos de las
otras ciudades. También era dike de la naturaleza que la asamblea ateniense
hubiese empobrecido con excesivos impuestos a sus conciudadanos ricos; también
que hábiles acusadores manipulasen las pasiones políticas de los jueces para
quitar a otros sus propiedades; también que los llamados sicofantas tuviesen la
habilidad de ganarse la vida chantajeando a otros con la amenaza de una
demanda. La ciencia y la moral griegas parecen en trance de muerte.
SÓCRATES

EL MÉTODO PARA ALCANZAR LA VERDAD

El primer paso era reconocer la propia ignorancia. Repetía en sus
conversaciones que no sabía nada, pero que era más sabio que los demás porque
estaba consciente de su ignorancia mientras los otros creían saber. Quien cree
saber no se esfuerza en buscar la verdad. El primer paso hacia la verdad es
barrer de la mente los prejuicios, las ideas incompletas, los errores que
generalmente llenan las cabezas de la gente y no dan lugar a la verdad. Hecha
la limpieza, el camino queda abierto.
¿Cómo se avanza ahora? De lo particular a lo universal. Si se está
hablando de justicia y se quiere saber qué es justicia, la primera etapa de la
averiguación consiste en recoger ejemplos de casos particulares en los que los
presentes concuerdan en afirmar que allí se obró con justicia. La segunda etapa
es examinar estos casos particulares, compararlos entre sí, ver sus
diferencias, ver sus cosas comunes, hasta ir dando con la cualidad –común a
todos– que nos hace afirmar que en cada uno de esos casos hubo justicia. Esa
cualidad común es la esencia de la justicia, su definición. Ha sido abstraída
de los casos particulares por la mente humana y gracias a un poder que sólo la
mente humana posee.
En los Diálogos de Platón tenemos abundantes ejemplos de cómo Sócrates
se valía de este método para ir dando con la esencia de otras virtudes.
Aristóteles afirma en su Metafísica: "Dos cosas hay que atribuir
con justicia a Sócrates: el argumento inductivo y la definición general."
La palabra griega "inducir" dice "guiar hacia". El
pensamiento inductivo guía a la mente de los casos particulares a la definición
común.
Así, buscando la verdad moral y siendo exigente con sus procedimientos,
Sócrates inicia la filosofía del conocimiento: el objeto del filosofar es
también el saber mismo. Tratar de asegurar que se está dando con la verdad.
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